lunes, 28 de enero de 2013
Sube a lo mas alto.
Siéntete diminuto, como si todo fuera superior a ti,
caminas entre largas hierbas que acarician tu pequeño cuerpo,
saltas para ver algo mas de lo que tu diminuta estatura te permite apreciar.
Saltas, saltas y saltas otra vez más. Finalmente brincas débilmente, porque fuerzas ya no quedan.
Te dejas caer empujado levemente por el cansancio, y entonces, es cuando el derrotismo comienza a no ser solo físico, sino también mental. Te preguntas porque no lo lograste, ¿tal vez no valgo para nada?...
Agachas la cabeza....Pasan un instante... Observas algo mas grande que tú, y a lo que puedes escalar.Y como una explosión te animas, de tal forma que algo te hubiera subido por las espalda produciéndote un cierto cosquilleo. Es una idea, si señor. Te levantas sin decir ni una palabra, no tienes que pensar en como harás para lograrlo, porque como una luz entra en una habitación cerrada y abandonada, todo ha quedado muy claro. Corres, escalas, subes unos centímetros, ¡cuidado un bache mas!, y has llegado al final. Has conseguido algo de lo que no eras ni capaz de imaginar que saldría de tí algún día. Algo que te hacer borrar todas esas cosas derrotistas y diminutivas, porque ahora eres mejor, te sientes mejor, y te ves capaz de todo.
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